La abuela es una planta: Funeraria convierte cadáveres en abono
Hace 10 años, Katrina Spade era una estudiante de posgrado de Arquitectura que se preguntaba lo que pasaría con su cuerpo después de su muerte porque no estaba conforme con las opciones disponibles para el tratamiento de cadáveres, de acuerdo con Vice.
Al no encontrar una alternativa, en lugar de conformarse, Spade comenzó a pensar en el compostaje como una especie de cremación y en 2013 terminó su tesis de maestría: “De la suciedad y la descomposición: proponiendo un lugar para los muertos urbanos”.
La "reducción orgánica natural" de Spade -que tardó en implementar casi una década- tuvo sus primeros clientes en diciembre del año pasado cuando su empresa Recompense pudo convertir cadáveres en abono, tras largos años de estudios, trámites legales y recaudación de dinero.
Además de dichos utensilios, la empresa cuenta con una estructura blanca en forma de panal donde están los 10 “recipientes” en forma de hexágono, donde son introducidos los cadáveres de sus clientes para iniciar el proceso de compostaje humano con las cantidades óptimas de calor, agua, carbono, nitrógeno y oxígeno para lograr la descomposición.
Luego, durante aproximadamente un mes, los microbios naturales -ayudados por alguna herramienta- destruyen el cuerpo, dando como resultado una composta de 1 yarda única (0.76 metros cúbicos) que se terminará de secar durante 15 días antes de ser entregada a los familiares del fallecido o a un proyecto de restauración ecológica.
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