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«¡Sentate acá, dejate de joder!»: Ricardo Mollo retó a un fanático que no respetó el distanciamiento

Divididos volvió a tocar después de ocho meses de silencio de parlantes. La banda integrada por Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella se presentó en el Teatro Municipal de Rosario, un anfiteatro a cielo abierto donde se ubicaron 1400 personas con todos los protocolos y el distanciamiento requeridos. Sin embargo, el líder tuvo que poner orden cuando el show llegaba a su momento de mayor intensidad.
Pocas bandas en la Argentina tocan tanto en vivo como Divididos, hasta antes de la pandemia habían convertido el Teatro de Flores, de la ciudad de Buenos Aires, en su segundo hogar. El parate obligatorio llevó a la banda a buscarle la vuelta para no caer en el sedentarismo y perder esa gimnasia recitalera que pocos grupos mantienen, y se volcaron a algunas interesantes experiencias via streaming.

Con un estricto control para evitar contagios, los Divididos volvieron a tocar. Pero ya por el final del show, cuando hicieron “Rasputín/Hey Jude”, una de las canciones más pesadas del disco “La era de la boludez”, producido por Gustavo Santaolalla y que incluye un pedacito de un clásico de The Beatles la cosa se descontroló y tuvo que ser el propio Mollo el que saliera a poner orden entre sus fanáticos.

“Vuelvan a sus espacios, yo estuve 8 meses en mi casa quieto para poder hacer esto. Les pido por favor que ustedes estén 10 minutos quietos en sus espacios para poder hacer esto»

Luego apuntó específicamente hacia un seguidor que estaba claramente mal ubicado.»¡Estás sentado donde no tenés que estar! ¡Sentate acá, dejarte de joder!”, lo increpó.

“¡Gracias, son muy amables! Espero que entiendan. Me banqué 8 meses, loco. 10 minutos más. Me encantaría bajar y abrazarlos a todos como hice todas las veces que vine acá. En todos lados. Hoy nos tenemos que cuidar. Cuando pase todo esto vendrán los abrazos», prometió. 

Cerraron con “El 38” y “Ala Delta”, y en la despedida volvió a pedir disculpas por no poder regalarles las púas a sus seguidores ni bajarse a abrazarlos como solía hacer antes de la pandemia.