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Tambalea el cuento de hadas de la reina Máxima


El próximo 30 de abril Máxima de Holanda cumplirá ocho años como reina de los Países Bajos, junto a su esposo, el rey Guillermo. Aunque han sucedido muchos acontecimientos durante ese tiempo, sin dudas el 2020 fue una prueba de fuego para la familia real: no solo por la pandemia de coronavirus, sino también por una sucesión de decisiones cuestionables y polémicas que despertaron el descontento del pueblo holandés.

El cuento de hadas empezó hace veinte años, cuando Máxima conoció a quien por ese entonces era el príncipe heredero al trono, y tres años más tarde tarde tuvieron su boda de ensueño. Sin embargo, la corona llegó a su vida recién una década después, y aunque su esposo se preparó toda la vida para llevar las riendas de la monarquía, enfrentaron juntos varios obstáculos.

Dos inoportunos viajes a Grecia

En agosto último los reyes quisieron tomarse un descanso de su ajetreada agenda y viajaron a su paraíso privado en Grecia. Recordemos que el matrimonio compró la villa de Doroufi en 2011, por 4,7 millones de dólares, y cuenta con tres casas, dos piscinas y un muelle privado sobre la costa del Mar Egeo. Este lugar de ensueño se convirtió en su sede de vacaciones para olvidarse de todas sus preocupaciones.

Su viaje en sí no fue el problema, sino las fotos que salieron a la luz de Máxima y Guillermo en un restaurante griego, abrazados al dueño y sin tapabocas. La pareja fue criticada por no respetar el distanciamiento social que ellos mismos le recomendaron a la población antes de emprender sus días de relax.
Tras la viralización de las imágenes, los monarcas decidieron publicar un pedido de disculpas en su cuenta de Twitter: “En la espontaneidad del momento no le hicimos caso a la medida del distanciamiento y por supuesto que deberíamos haberlo hecho, porque el cumplimiento de las reglas es esencial para derrotar el virus”.

Sin embargo, dos meses más tarde, cuando Holanda comenzó una etapa de aislamiento restrictiva, la familia real volvió a viajar a Grecia. Esta vez las repercusiones negativas fueron aún peores, básicamente porque el gobierno holandés promovía una política de desaliento a los viajes innecesarios que no parecía predicar con el ejemplo.
Luego del regreso de su fallido viaje, los reyes de Holanda pidieron disculpas públicamente en un video dirigido a los ciudadanos de su país

Los reyes no pasaron ni siquiera un día allí. Volvieron en un vuelo comercial de inmediato, para demostrar que entendían la indignación del pueblo y priorizaban el contexto sanitario mundial de emergencia. Al llegar publicaron un video donde le pidieron perdón a los ciudadanos de su país: “A pesar de que en el viaje se respetaron todas las regulaciones, fue muy imprudente de nuestra parte no considerar el impacto de las nuevas restricciones en la sociedad”.

“Decidimos regresar cuando nos dimos cuenta de que no deberíamos haber ido”, insistieron en su comunicado audiovisual. Una de las consecuencias más notorias que recayó sobre Máxima fue la suspensión de sus vacaciones en la Argentina, una tradición que solía respetar cada año para pasar la Navidad con su madre en Buenos Aires.

Los primeros sondeos no arrojan buenas noticias para el matrimonio real: la confianza del pueblo en el rey Guillermo bajó de un 76% a un 47%, y en cuanto a la aprobación popular de la reina Máxima -que siempre fue el miembro más querido y valorado de la familia real- descendió drásticamente de un 83% a un 61%.

Además, 70% de los encuestados manifestó que el comportamiento de la pareja y sus hijos causó un daño grave a la monarquía en general. Otro dato preocupante es que en ocho meses la población que se define como insatisfecha aumentó de un 3% a un 14%.